Cuando el desempeño de un oficio y la creación de una empresa nacen del deseo de ayudar a  las personas, el trabajo deja de ser un compromiso, porque adquiere características de vocación.

El servicio se convierte en la fuente de inspiración que explica la creación de Taller Auto Aire Dinastía, una empresa que comencé, a manera de hobby, con la instalación de luces, radios, etc., en los buses de la casa y los carros de algunos de mis amigos.

La estrecha relación con mi padre, nuestra  vinculación con los servicios de transporte colectivo de pasajeros y  nuestra relación afectuosa con la comunidad, fueron causa para que se fuera popularizando la idea de que los Arauz eran éramos una “dinastía”.

Luego, con el respaldado de los conocimientos en mecánica automotriz adquiridos en un colegio vocacional, en 1996, comencé a hacer reparaciones y mejoras en los carros de la casa y de amigos que me solicitaban mis servicios.

Pero los alcances este satisfactorio entretenimiento no se quedaron ahí. Con la ayuda de un profesor de especialidades técnicas de un instituto local, fui reorientando mis conocimientos hacia la refrigeración automotriz.

Hice las primeras instalaciones de equipos de aire acondicionado con herramientas facilitadas por mi profesor y, también con su ayuda, me fui introduciendo en el conocimiento de refrigerantes, aceites, manómetros, presiones en los sistemas y todo lo que tiene que ver con la refrigeración automotriz.

Comencé con trabajos casuales de electromecánica y continué con encargos en el campo de la refrigeración, en los vehículos de la casa y mis amigos, pero el hobby me fue absorbiendo más tiempo, hasta convertirse en una profesión de tiempo completo.

Así nació el Taller Auto Aire Dinastía, una empresa en crecimiento desde hace ocho años, especializada en  la venta, instalación, mantenimiento y reparación de aires acondicionados para todo tipo de vehículo automotor: sedanes, automóviles, camiones, maquinaria pesada (camiones, mulas) y equipo agrícola (tractores, maquinaria).

Hoy soy un avanzado estudiante de Derecho; pero sigo al frente de una empresa “dinástica”, como sugieren mis amigos, que encuentra sus orígenes en una vocación que fui descubriendo en la empresa familiar.

José Luis Arauz